El Tribunal Supremo Federal, la máxima instancia constitucional de Irak, ratificó este lunes los resultados de las elecciones legislativas de octubre al rechazar una demanda de los antiguos paramilitares de Hashd al Shaabi, grupo proiraní que contestaba el escrutinio.
La ratificación, un simple proceso administrativo, permitirá la realización de la sesión inaugural del Parlamento. La asamblea podrá escoger al presidente de la República, que designará un primer ministro, salido de la coalición más importante de la cámara, según la tradición.
"El tribunal federal decidió rechazar la demanda que buscaba que no se aprobaran los resultados (de las elecciones) y asumir los gastos (judiciales) del denunciante", señaló el juez Jassem Mohamed Aboud durante la lectura del fallo. "El veredicto es obligatorio para todas las autoridades".
Tras los comicios del 10 de octubre, la Alianza de la Conquista, rama política del movimiento Hashd al Shaabi, presentó una demanda al denunciar la votación por supuesto fraude.
La formación, apoyada por Irán, perdió dos tercios de su bloque parlamentario en los comicios y actualmente solo dispone de 17 diputados. La Alianza ingresó al Parlamento en 2018 con 48 diputados, de un total de 329, gracias a sus victorias militares sobre los yihadistas del Estado Islámico.
Dirigentes de la Alianza de la Conquista explicaron en una rueda de prensa reciente la razón de la demanda presentada, alegando irregularidades durante el proceso de votación.
Para ello, citaron informes de expertos de una empresa alemana encargada por la comisión electoral para evaluar el proceso de votación y señalaron que las huellas dactilares de muchos votantes no pudieron ser reconocidas durante el voto electrónico.
También señalaron las deficiencias de una máquina de votación electrónica, la C-1000.
En su veredicto, el tribunal considera "necesaria una intervención legislativa por parte del próximo parlamento para cambiar la ley electoral y adoptar un sistema de conteo manual", para proteger la credibilidad y la transparencia del escrutinio.
Tras una sesión de deliberación, el Tribunal Supremo Federal ratificó los resultados de las elecciones legislativas, que ganó el movimiento del líder chiita Moqtada Sadr (princiapl rival de al Shaabi), convirtiéndose en el mayor bloque del parlamento con 73 escaños, según su responsable de prensa.
Pese a su derrota, Hashd al Shaabi sigue siendo un actor político clave con más de 160.000 de sus antiguos combatientes paramilitares integrados en el ejército iraquí.
Por lo que tendrá una voz de peso en las interminables negociaciones que preceden al nombramiento de un primer ministro, así como la formación de gobierno.
En Irak, un país multiconfesional y multiétnico, este proceso está acompañado por interminables negociaciones y los grandes partidos de la comunidad chiita, mayoritaria en el país, deben, por tradición, llegar a un acuerdo, independientemente del número de escaños de cada uno.
"Lo más importante en el veredicto es que el poder judicial no cedió ante las presiones políticas de las fuerzas perdedoras", estima el politólogo iraquí Ihsan al Shamari.
La posición de Moqtada Sadr es diametralmente opuesta a la de las formaciones proiraníes, que quieren perpetuar la tradición en el nombramiento del primer ministro.
Sadr, que no paró de repetir que el próximo primer ministro será designado por su corriente, reclama un gobierno compuesto por las fuerzas políticas que hayan obtenido los mejores resultados.
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